El Partido Revolucionario Moderno (PRM) expresó este martes su rechazo “enérgico” a lo que calificó como una campaña de descrédito personal contra la dirigente Faride Raful y la comunicadora Milagros Germán. Mediante un comunicado oficial, la organización política denunció que estas acciones buscan empañar la reputación de mujeres comprometidas con el servicio público y la democracia.

Un ataque que trasciende lo político

“Ante campañas aviesas, desproporcionadas y atroces, dirigidas a amedrentar y empañar la reputación de las personas, reafirmamos nuestro compromiso con la dignidad, el respeto y la integridad”, expresó el partido en su declaración.

El PRM reiteró su respaldo a Raful, miembro de su Dirección Ejecutiva, y extendió su solidaridad a Germán, exministra de Cultura, destacando que se trata de ataques disfrazados de opinión pública que utilizan la manipulación mediática como herramienta de agresión.

Llamado a la reflexión y defensa del debate democrático

“Esta campaña disfrazada de opinión pública y manipulación mediática atenta contra los valores que promovemos como partido y como sociedad”, añade el documento, en el que el PRM afirma que la libertad de expresión no puede convertirse en un escudo para vulnerar el honor ni la integridad de los ciudadanos.

La organización política exhortó a la ciudadanía a rechazar este tipo de acciones que, según afirma, “laceran lo más profundo de nuestra sociedad y amenazan la libertad de expresión como reivindicación de la democracia, dentro del marco del respeto al honor y a la libertad individual”.

¿Cómo se protege el honor en tiempos de redes sociales?

El pronunciamiento del PRM reabre el debate sobre los límites entre la crítica legítima y la difamación, especialmente en un entorno digital donde la viralización de mensajes puede convertirse en herramienta de persecución. ¿Qué mecanismos debe fortalecer la sociedad para proteger la reputación sin limitar el derecho a opinar? Comparte tu punto de vista.