El cadáver de la niña arrastrada por una cañada en Villa Mella aún no ha sido entregado por INACIF. La Alcaldía cubrirá los gastos del sepelio.
Santo Domingo Norte. – A pesar de que fue localizado el cuerpo de la niña Yuleidy Serrano, de cinco años, quien fue arrastrada por una cañada durante un torrencial aguacero en el sector El Primaveral de Villa Mella, sus familiares continúan a la espera de que el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) entregue sus restos para proceder con las honras fúnebres.
Con rostros marcados por la tristeza y el cansancio, los parientes se mantienen desde tempranas horas en las afueras de la morgue. “Tenemos horas aquí esperando, solo queremos darle el último adiós como merece. Ya tenemos los documentos del hospital donde nació, solo falta que terminen este proceso”, expresó con voz entrecortada su abuelo.
Retraso sin explicación
Según relataron, las autoridades aún no han ofrecido una explicación clara sobre la causa del retraso, pese a que ya entregaron la documentación solicitada. La madre de Yuleidy, visiblemente afectada, agradeció a quienes han acompañado a la familia en medio del dolor.
“Yo le pedí a Dios que me la devolviera como fuera… y así fue. Ahora lo que queremos es sepultarla con dignidad”, dijo entre lágrimas.
Apoyo municipal
La pequeña será velada en la funeraria municipal ubicada en la avenida Jacobo Majluta, con todos los gastos cubiertos por la Alcaldía de Santo Domingo Norte, como parte del respaldo institucional ofrecido a la familia en este difícil momento.
Su entierro está previsto en el cementerio de Los Casabes, donde descansará finalmente, rodeada del amor y el luto de una comunidad que aún no se repone del impacto causado por la tragedia.
Una despedida pendiente
El caso de Yuleidy, quien se bañaba con otros menores sin supervisión cuando fue arrastrada por la crecida del afluente, conmocionó al país y reavivó el debate sobre los riesgos en zonas vulnerables durante fenómenos naturales.
Mientras sus familiares claman por una pronta entrega del cuerpo, su historia se convierte en símbolo del dolor de muchas comunidades afectadas por la falta de prevención y la lentitud de los procesos institucionales en momentos de duelo.
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