Santo Domingo – Los Indiana Pacers y el Oklahoma City Thunder han sido dos de las ofensivas más letales de la NBA en esta temporada. Sin embargo, a medida que la carrera por el campeonato entra en su fase decisiva, la atención se desplaza hacia el otro lado de la cancha: la defensa.

Ambos equipos llegaron a las finales de conferencia tras realizar ajustes clave en sus respectivas plantillas. Pero si hay algo que podría marcar la diferencia, es la solidez con la que logren frenar a rivales de élite en situaciones de alta presión.

El entrenador de los Pacers, Rick Carlisle, quien conquistó un campeonato con Dallas en 2011, reconoce la magnitud del reto, especialmente frente a un Thunder que ha hecho de la defensa su sello silencioso.

“Su plantilla de grandes defensores es impresionante”, afirmó Carlisle, antes de enumerar nombres. “Shai Gilgeous-Alexander es un gran anotador, pero también un competidor feroz. Tienen a Jalen Williams, Lu Dort, Alex Caruso, y otros como Aaron Wiggins y Cason Wallace, todos defensores sólidos. Y encima, cuentan con protección en la pintura”.

Defensa que marca diferencia
Esa estructura defensiva ha sido clave para el Thunder, que terminó la temporada regular con el mejor récord de la liga (68 victorias) y el primer lugar del Oeste por segundo año consecutivo. Y en playoffs, el nivel ha subido aún más.

Durante su primera participación en las Finales desde 2012, Oklahoma City ha limitado a sus oponentes a 106.3 puntos por partido, por debajo de los 107.6 que permitieron en la fase regular. En 6 de sus 12 victorias de postemporada, sus rivales ni siquiera alcanzaron los 100 puntos.

Indiana, por su parte, también ha mostrado mejoras notables. Aunque sus números no son tan imponentes, eliminaron a tres equipos ofensivos —Milwaukee, Cleveland y Nueva York— que promediaban más de 115 puntos por partido. En 16 juegos de playoffs, los Pacers contuvieron a estos equipos por debajo de su media en 11 ocasiones.

Para el técnico del Thunder, Mark Daigneault, no hay duda del impacto.

“Lo que hacen defensivamente complementa su identidad como equipo. No es solo ataque”, subrayó. “La forma en que defienden tiene una conexión directa con su filosofía ofensiva, y eso se nota en cómo han avanzado por el Este”.

Dos caminos similares
Ambas franquicias comparten más de una similitud. Son equipos jóvenes, con profundidad en el banquillo, y una alta capacidad para capitalizar errores del rival. Oklahoma City lidera la postemporada con 21.3 puntos por partido tras pérdidas de balón, seguido de cerca por Indiana con 18.5.

A pesar de la percepción de que la defensa ha sido su punto débil, las cifras desmienten esa narrativa.

Indiana redujo su promedio de puntos permitidos de 120.2 la temporada pasada a 115.1 este año, y en playoffs a 113.3. Parte de esa mejora se debe a la recuperación física de sus pilares defensivos.

Aaron Nesmith, Andrew Nembhard y Myles Turner han logrado mantenerse sanos. Nesmith, quien se perdió más de dos meses por una lesión en el tobillo, ha retomado su nivel en el momento clave.

Mientras las luces siguen enfocadas en las superestrellas ofensivas, lo cierto es que tanto Pacers como Thunder se han convertido en contendientes serios gracias a su evolución defensiva. En una liga obsesionada con el ataque, puede que la defensa —una vez más— sea la que decida quién levanta el trofeo Larry O’Brien.